lunes, 13 de mayo de 2019

Microficción 49




Rabioso y con ojos de vidrio, al Angel de los diez mil dólares le pareció lógico que la justicia nunca alcanzara al ogro y que sí psicoanalizara al genio de las carpetas escarlatas.
   La desobediencia siempre es pecaminosa y tres días en el purgatorio no alcanzaban. Orugas rasgando los campos de marte, reptiles copando el laberinto podrían ser el ejemplo perfecto.
   El mundo tenía fines didácticos y muchas catapultas secretas. Producir la germinación mental era ir más allá de los límites, pero el gigantismo mental era sumamente delicioso.




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