(The World's
End, Edgar Wright, 2013)
Interesante comedia inglesa de los
creadores de esa gran película que fue Muertos
de risa (Shawn of the dead).
En esta oportunidad, Simon Pegg interpreta a un “eterno adolescente” que
quiere unir a la antigua pandilla del barrio, con un único objetivo: terminar
con el tour por todos los míticos pubs de Inglaterra para beber cerveza, tour que no pudieron concluir
en su juventud por hechos que no quiero adelantar.
En este periplo, los cinco amigos rendirán cuenta de sus pasados, sin
saber que se encontrarán con situaciones muy extrañas, personajes descabellados, y dónde además descubrirán, que el futuro de la raza humana está en sus manos.
Mezcla de comedia, drama light y mucho de ciencia ficción, el film sirve
de excusa para reflexionar acerca de la globalización, que
despersonaliza a los países y a los individuos, haciéndonos copias estándar, y fundamentalmente sobre el valor de la amistad y de los ideales.
Es para destacar además, las peleas coreografiadas que no dejan de lado la
comicidad de esta gran dupla que conforman hoy Simon Pegg y Nick Frost, los
posibles herederos de Abott y Costello, ¿Estaré exagerando…?
El tiempo nos lo dirá.
En definitiva, me divertí y eso es bueno.