Era un hombre alto con un puñado de gatos y
una pizarra que anunciaba una historia de fantasmas.
El contexto biológico incluyó una guantera y
varios papeles adheridos a la entrepierna.
Mil metros atrás, un par de pisadas
invisibles se hicieron más fuertes y con la risa de una calabaza, la estatua
anciana se sintió con suerte...
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