miércoles, 5 de junio de 2019

Alphaville


 (Alphaville, Une étrange aventure de Lemmy Caution, Jean Luc Godard, 1965)



    Filmada en Blanco y negro, la historia nos cuenta que el agente secreto Lemmy Caution es enviado a la lejana ciudad de Alphaville, con la misión de arrastrar consigo (o liquidar si se niega) al profesor Von Braun, inventor de un rayo mortal que puede acabar con todo. Casi sin quererlo, su hija, Natacha Von Braun lo guiará por la ciudad y lo ayudará.
   Allí, Caution notará que los habitantes tienen un comportamiento anormal y que se manejan como si fueran autómatas de carne y hueso, carentes de emociones. Luego descubrirá que todo está dominado por la gigantesca computadora Alphaville 60, creada por Von Braun, la cual, básicamente suprime emociones y sentimientos.
   Sin tener la espectacularidad de las películas de Hollywood, Alphaville es una aventura futurista con tintes de cine negro, ambientada en una ciudad fría y oscura, en la que se lucen Eddie Constantine con aires de Bogart, y una Anna Karina de mirada perdida que seduce y obnubila.
   Este film de culto de Godard seguramente ha inspirado a otros clásicos modernos como Brazil de Terry Gilliam y Blade Runner de Ridley Scott, con el que tiene más de un punto de contacto.
   Viéndola cuarenta y tantos años después, puede resultar un poco lenta y de diálogos muy ampulosos, pero no se podrá negar el poder de sus imágenes y la habilidad que tuvo el director para crear un mundo futurístico casi de la nada, en una época en la que no se soñaba con la utilización de las PC para realizar efectos especiales.
   De visión obligatoria, ¡Véala ya mismo!

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