(The Shallows, Jaume Collet-Serra, 2016)
El clásico juego del gato y el ratón, o
mejor dicho: el juego del tiburón y el humano de turno todavía rinde sus
frutos, y en esta oportunidad saca un aprobado. Mucho más cuando el mar está
exquisitamente fotografiado, y la protagonista es la bella Blake Lively.
No hay muchas novedades ni truculencias,
salvo el uso de la tecnología celular y de una cámara GoPro que nos hacen
acordar que estamos en el siglo XXI y que esto no es Tiburón de Spielberg.
Para ver mientras disfrutamos de una picada
y nos preguntamos como un tiburón es tan inteligente, malo, insaciable y
molesto como pocos.
Párrafo aparte para la gaviota que se hace
amiga de Blake, una dulzura.
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