(Winchester,
Michael Spierig y Peter Spierig, 2018)
Inspirada en la historia real de la viuda
Winchester y de su misteriosa Mansión, el film utiliza todos los ticks y
elementos ya vistos en miles de historias de casas embrujadas por lo que a la
media hora del metraje ya nos aburrimos.
Una pena. Ya que el diseño de producción y
la presencia intimidante de Helen Mirren vestida de negro daba para mucho más.
Sarah Winchester fue la esposa y heredera
del hombre que creó un imperio con la creación y venta de los rifles que
terminaron con miles de vidas. Su viuda creía que las almas de esos desdichados
debían ser encerradas en las habitaciones que construía diariamente en su casa,
donde tenía un verdadero ejército trabajando con ese objetivo. El directorio de
la compañía trata de apartarla del manejo y contrata un especialista para que
la declare incapaz. Una historia interesante cuyo traslado a la pantalla grande
no resultó muy bien. Levanta un poco al final cuando algunas de sus tramas se
resuelven, pero el terror prácticamente nunca aparece…
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