(Season of the Witch, 2011- Dominic Sena)
Nicholas Cage sigue facturando a lo loco. Prácticamente no hay un mes en el que no se estrene alguna película con él, con el pelo largo, corto, rubio o morocho, héroe o antihéroe.
Eso hace que muchas, o la mayoría, queden a medio camino, y ya se está haciendo difícil recordar cual fue la ultima en la que actuó que estuvo muy buena.
En esta oportunidad compone un personaje honorable que se aleja de las cruzadas al estar en desacuerdo con las matanzas realizadas, pero que de todas maneras se ve involucrado nuevamente con asuntos de la iglesia y alzando su espada por ella cuando deba trasladar a la posible bruja de un poblado a otro para ser juzgada.
Hay momentos buenos, momentos de relleno. La trama del film es un combo, una recopilación de elementos que tratan de sorprender al espectador pero que no lo hacen muy seguido. Brujas, lobos, peste, expiación de pecados, culpa, posesiones y sacrificios se mezclan para tratar de entretenernos.
El resultado es regular, donde lo mejor son los combates de principios del film, la forma en que es mostrada la bruja en diferentes momentos en cuanto a maquillaje y peinado, y el final heroico y sentimental tiene claras reminiscencias a El Exorcista, dejando a las claras el collage con el que se ha formado esta producción.
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