viernes, 20 de mayo de 2011

Microficción 23

Los problemas existenciales del mundo podrían resolverse si las hormonas no estuvieran tan revolucionadas o si ciertas estrellas no estuvieran tan ocultas.
Sin lágrimas y sin gritos la tierra podría crecer a la altura de lo que se merece.
Si no repitiéramos tantas palabras vanas frente al espejo, las almas de ciertos arboles podrían elevarse al cielo y ulular como búhos hacia el horizonte.

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