(Curse of the Crimson Altar, Vernon Sewell, U.K, 1968)
Terror sesentero con toques de psicodelia. Un
pueblo con leyendas, brujas quemadas en la hoguera, un personaje que busca a su
hermano perdido, el encuentro con una joven moderna afecta a las fiestas, y
raros personajes en una mansión oscura son parte de este relato, que no asustan
ni un poquito, y creo que al momento de su estreno tampoco. Llaman un poco la
atención ciertos momentos sensuales, eróticos y porque no, atrevidos. Después
de eso no hay mucho más para destacar.
Muy mal aprovechada esta reunión con grandes
emblemas del género como Boris Karloff (en una de sus últimas actuaciones),
Christopher Lee y una Barbara Steele al que la pintura verde estilo Hulk
le sentaba muy bien.
Una historia fallida y un final pobre nos
dejan un sabor agridulce por lo que podía haber sido y no fue.
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