(The Cloverfield
Paradox, Julius Onah, 2018).
Tercer entrega de la saga Cloverfield, en la
que intenta más o menos completar el imaginaria de la historia, dejando algunos
huecos seguramente, para seguir con la franquicia.
Con la Tierra sumergida en una crisis
energética, se realiza una misión espacial internacional, con tripulantes de
varias nacionalidades, con el objetivo de hacer funcionar un acelerador de
partículas que pueda proporcionar energía infinita. Como es de esperar, el
experimento no sale bien y allí… allí nos encontramos con muchos problemas y
muchos pastiches. El film comienza a transitar por caminos muy conocidos en la
ciencia ficción, desde Alien, Event Horizon o cualquier capítulo/film
de Star Trek.
No da más ni mucho menos. Entretiene pero no
deslumbra y eso que J.J Abrams está involucrado en el proyecto, pero esta vez
parece que se quedó corto.
Sólo para seguidores; y esperando que si hay
una cuarta entrega sea mucho mejor.
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