(Le charme discret de
labourgeoisie, Luis Buñuel, 1972.)
Ganadora del Oscar a la mejor película
extranjera, esta comedia surrealista de Buñuel incomoda al espectador con
situaciones y personajes en muchos momentos irreverentes, pero al mismo tiempo
no alejadas de la realidad que vivimos a diario; y consideremos que desde el
estreno del film han pasado 46 años...
Todo ocurre en París, donde el embajador de
la imaginaria República Bananera de Miranda, nos hace partícipe de su vida, y
testigos de su accionar entre las esferas de la diplomacia, terroristas,
militares y sus sueños peculiares.
Se trata sin lugar a dudas de una película
única y desconcertante, narrada en un tono simple y cotidiano, teñido con humor
negro donde no caben las explicaciones y valen mucho las interpretaciones que
puedan hacer quienes la observen.
Un tipo de cine que hoy en día puede ser
difícil de asimilar para las nuevas generaciones acostumbradas a que todo esté digerido, pero, de todas maneras es una
obra recomendable para aquellos que quieran ver “algo más”.
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