sábado, 3 de noviembre de 2018

El discreto encanto de la burguesía


(Le charme discret de labourgeoisie, Luis Buñuel, 1972.)


   Ganadora del Oscar a la mejor película extranjera, esta comedia surrealista de Buñuel incomoda al espectador con situaciones y personajes en muchos momentos irreverentes, pero al mismo tiempo no alejadas de la realidad que vivimos a diario; y consideremos que desde el estreno del film han pasado 46 años...   
   Todo ocurre en París, donde el embajador de la imaginaria República Bananera de Miranda, nos hace partícipe de su vida, y testigos de su accionar entre las esferas de la diplomacia, terroristas, militares y sus sueños peculiares.
   Se trata sin lugar a dudas de una película única y desconcertante, narrada en un tono simple y cotidiano, teñido con humor negro donde no caben las explicaciones y valen mucho las interpretaciones que puedan hacer quienes la observen.
   Un tipo de cine que hoy en día puede ser difícil de asimilar para las nuevas generaciones acostumbradas a que todo esté digerido, pero, de todas maneras es una obra recomendable para aquellos que quieran ver “algo más”.

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