(Nerve, Henry Joost, Ariel Schulman, 2016)
En estos tiempos de alta tecnología, redes
sociales y todo lo que puede andar en la web, no es ninguna novedad que a
alguien se le ocurra producir un juego de retos físicos, donde el competidor
pueda obtener muchos likes y dinero.
En modo Black Mirror, el film
advierte sobre la peligrosidad del uso de las redes, el cyberbulling y hasta
que punto las mismas pueden cambiar hasta la personalidad de quien quede presa
de ellas.
Basada en la novela Young adult de Jeanne Ryan, la película está sobriamente y
técnicamente bien llevada por el dúo de realizadores, mostrándonos como cambia
la vida de la tímida Vee, cuando impulsada por su popular amiga Sydney, ingresa
al juego sin sospechar todas las vicisitudes que tendrá que enfrentar, en las
que pondrá en peligro a su familia.
Un interesante muestrario de lo que se vive
día a día y de lo que podría ser, tal vez la parte final carece de la oscuridad
que se fue adueñando del relato, llegando de manera simple a un epilogo
edulcorado para disfrutar en un McDonalds.
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