(Kong: Skull Island, Jordan Vogt-Roberts, 2017)
Ambientada en una isla perdida en tiempos de
Vietnam y Nixon en USA, esta nueva entrega de Kong es espectacular, ecológica,
antibelicista y entretenida como pocas. Con personajes planos, sin mucha
profundidad, la película es un festival de ritmo acción, explosiones, malos muy
destructivos y héroes de corazón puro.
Los 190 millones de dólares invertidos se
notan en cada escena donde aparece Kong o alguna de las nuevas criaturas de la
Isla Calavera donde la plenitud visual es increible.
Film curioso desde el punto de vista
interpretativo, ya que salvo Samuel L. Jackson o John C. Reilly, cualquiera de
los otros personajes podrían ser reemplazados en medio del metraje y no nos
daríamos cuenta, pero a pesar de esto, la narración funciona y se disfruta.
La historia clásica de Kong tiene unos
pequeños retoques y no están mal, por lo que esta reversión de Kong saca un
aprobado y nos deja con las ganas de ver una secuela.
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