(Morgan, Luke
Scott, 2016)
Una historia que ya hemos visto muchas
veces, un experimento (en esta oportunidad se trata de inteligencia artificial
encarnada, en lo que parecer ser una chica), que después de un hecho
circunstancial, toma decisiones propias que ponen en peligro al grupo de
creadores.
De la mano de Luke Scott y producida por su
padre Ridley, Morgan es un más que interesante producto que no trae ninguna
novedad y que desperdicia a su gran elenco, pero que cumple en entretener y
darnos algún que otro susto. Gran fotografía y momentos perturbadores
complementan las actuaciones de Anya Taylor-Joy (The Witch) y de la más
conocida Kate Mara en un papel infrecuente.
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