miércoles, 20 de abril de 2016

Microficción 46

  Aquel misterioso vínculo resultaba ser una carga, un peligro…
   Los mosaicos tenían toda la curiosidad del mundo y las langostas emanaban la belleza y el vértigo de los timbales caribeños.

   La fórmula mágica no se sostuvo con la compañía de unas cortinas violáceas, por lo que después de un tiempo, lo único que quedó fue el recuerdo de una migraña un tanto obsoleta. 

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