La princesa de la apariencia trató de diversificar sus aletas naturales y el morbo de su mirada en 3D.
En medio de videojuegos y lógicos logaritmos tuvo la visión poética de un lobizón jugando al futbol sobre patines dorados.
Multiplicando imágenes y espectros la vida todavía tenía un pequeño sentido.
miércoles, 22 de mayo de 2013
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