El reino del cinturón era contrastante en colores fríos e iluminación opresiva.
Ella comenzó su danza por los basureros, siguió por los magros huertos y llegó hasta los bosques azules.
A través de la totalidad, movió sus labios, sus caderas y descubrió el sabor dulce del grito apagado. Su soledad se hizo cielo y el misterio desconocido.
jueves, 8 de septiembre de 2011
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