Una puerta se abrió en la comedia del arte, y el nuevo legionario entró con su uniforme recién confeccionado.
Una corneta lejana sonó de manera multicolor e imaginó que la cabrita de la campiña se había perdido entre los montes. Sacudió la cabeza y se dijo que eso se debía a una sobreexposición alucinatoria. Se dejó caer, y un universo de luz le dio la bienvenida a sus pies desnudos…
viernes, 26 de noviembre de 2010
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