Mi pagina en fbk: Una foca en el desierto

jueves, 11 de diciembre de 2025

Dos brasas verdes


 

 

Nadie recuerda su nombre.

Sólo sus ojos.

Dos brasas verdes que miran desde la penumbra,

como si el tiempo no pudiera tocarlas.

 

Camina por las calles mojadas, bajo los carteles que parpadean.

El viento levanta su abrigo, y el perfume de su piel confunde al aire.

Una radio perdida suena detrás de una persiana metálica

La canción dice:

El fuego quema corazones…

 

A veces, en los espejos de los bares vacíos, se ve un destello.

No es su reflejo —es ella misma, pero de otro tiempo, de otro cuerpo.

Y en ese cruce imposible, siente la fiebre del deseo antiguo que nunca se apagó.

 

Él la siguió una noche, creyendo que era amor.

La encontró en un cuarto sin relojes, sin respiraciones, sin fin.

La piel de ambos ardía, el tiempo se quebró.

Ella lo besó hasta que dejó de moverse,

y en su mirada se encendió otra eternidad.

 

Al amanecer, las calles se llenan de nuevos pasos.

Nadie nota las huellas húmedas que se alejan,

ni la sombra que, desde una esquina,

vuelve a abrir sus ojos verdes

esperando un nuevo e inesperado encuentro.


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